La capacidad para tomar decisiones de negocio precisas y de forma rápida se ha convertido en una de las claves para que una empresa llegue al éxito. Sin embargo, el Business Operation (es decir, los sistemas de información tradicionales tales como la mayoría de los programas de gestión, las aplicaciones a medida, e incluso los ERP más sofisticados), suele presentar una estructura poco flexible para este fin.
Aunque su diseño se adapta con mayor o menor medida para manejar los datos de la empresa, no permite obtener la información de los mismos, y mucho menos extrapolar el conocimiento almacenado en el día a día de las bases de datos.
Las principales características que limitan estos sistemas son:
- Gran rigidez a la hora de extraer datos.
- Necesidad de conocimientos técnicos para la generación de nuevos informes o métricas.
- Largos tiempos de respuesta.
- Deterioro en el rendimiento del Sistema cuando la base de datos consultada, para generar informes o ratios de negocio, es la misma que la que soporta el operativo de la empresa.
- Falta de integración debido a que muchas organizaciones disponen de múltiples sistemas de información y sus bases de datos no suelen estar integradas.
- Datos erróneos, obsoletos o incompletos.
- Problemas para adecuar la información al cargo del usuario.
- Ausencia de información histórica.
Para superar todas estas limitaciones surge el Business Intelligence apoyándose en un conjunto de herramientas tecnológicas que facilitan la extracción, la depuración, el análisis y el almacenamiento de los datos generados en una organización para su explotación directa (reporting, análisis OLAP, mineria de datos, etc.) o para su análisis y conversión en conocimiento como soporte a la toma de decisiones sobre el negocio.
Por lo tanto, se puede definir al Business Intelligence como el conjunto de procesos tecnológicos que transforman datos en conocimiento para lograr una mayor competitividad.